Museos: La cercanía de lo extraño

(Publicado por Hoy Día Cordoba el 17/5/2024)
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Este próximo 18 de mayo se celebra el Día Internacional de los Museos en 158 países, incluyendo Argentina. Adhieren más de 37 mil instituciones a una convocatoria impulsada por la International Council of Museums que, desde 1977, busca visibilizar la importancia de estas organizaciones.

Salimos a caminar e intuitivamente nos damos la mano como si no hubiera pasado el tiempo o, al menos, como si nos hubiera respetado. El sol de mayo se levantó tarde y sin estridencias en la ciudad. Nos regalamos una siesta larga, y partimos hacia el museo con extensas zancadas impulsadas por la expectativa porque, visto de cierta manera, un museo da placer sin pedir nada a cambio. Desde la serena contemplación, hasta la activa participación, estos recintos del disfrute intelectual siempre son comprensivos y sensuales. Están acá, cerca, pero relatan tiempos y lugares remotos.

Accesibles e inabarcables
Caminando por la Calle Yrigoyen, desde el Parque Sarmiento hacia el Centro vamos a pasar por la Plaza España que es, en sí misma, el nuevo MMAU – Museo Metropolitano de Arte Urbano, no sin antes -a nuestra izquierda- ver el Palacio Dionisi especializado en fotografía. Un poco más abajo podríamos ir hacia la derecha por la Poeta Lugones y visitar el Museo Emilio Caraffa. Se trata de un espacio entre los más importantes del país. Su historia es paralela a Córdoba, al punto que entre sus primeros directores estuvo Deodoro Roca. Como señal de los vaivenes en la cordobesitud, fue reemplazado por el cura de su época.
Si siguiéramos por Lugones, llegaríamos al preferido de los chicos, “el de Ciencias Naturales”. Pero si retomamos la Yrigoyen estaremos frente al Museo Evita Palacio Ferreyra. Esta gran casa de familia está rodeada por un parque estupendo (diseñado por Carlos Tays) y cientos de jóvenes en su espacio verde, custodiando el esfuerzo de exhibir la colección de obras de la Provincia de Córdoba. Se trata de patrimonio, edificio y colección, aún desconocido por muchos cordobeses.

Nosotros nos quedamos allí, al calor de la historia, pero podríamos haber bajado esa misma calle y encontrar a unas cuadras, el Museo de Antropologías de la UNC o, cuando hayamos pasado Patio Olmos podríamos ingresar a los misteriosos museos de Paleontología, el Botánico, de Zoología, de Mineralogía y Geología, de la Academia Nacional de Ciencias. Todos comparten un edificio cuyo corazón late con un extraordinario péndulo de Foucault.

En esa misma manzana, sobre Trejo, está el Museo Histórico de la UNC así como uno dedicado al Colegio Nacional de Monserrat (donde se exhibe un disco de estática que te deja los pelos de punta).
Volviendo a la General Paz, sin hacer un listado exhaustivo, en las siguientes dos cuadras veríamos el Museo Genaro Pérez -la pinacoteca mayor de la Ciudad- y el suculento Museo de la Pizza, en Pizzería Don Luis.
Parece mucho pero, aunque no hay un listado definitivo, podemos aseverar que la Ciudad tiene unos 60 museos, mientras que la provincia podría contar cientos. Aunque están cerca, reúnen elementos tan distantes como excitantes.

Coleccionar ilusiones
Contrariamente a la creencia popular, los museos no están caracterizados por sus edificios sino por sus colecciones. Sus sedes son un envoltorio para atesorar el secreto mágico de objetos y sujetos que habitan su interior. Apenas el cofre de un recurso muy valioso.
Existen museos (nombre que hace alusión a la casa de las musas) desde épocas anteriores a Cristo. Pero fue en el Renacimiento cuando los nobles empezaron a exhibir unos “gabinetes de curiosidades” que incluían los souvenirs de tierras remotas que habían acumulado, junto al arte que habían financiado. El poder de una familia era explicado con animales embalsamados, elementos de culturas y tiempos lejanos, e inclusive, restos humanos como momias.
Los cambios políticos del SXVIII en Europa convirtieron las colecciones reales en espacios para toda la sociedad. El Museo del Louvre (ícono de estas instituciones, con medio millón de piezas de las cuales se exhiben sólo unas 35000, y mayor caudal de visitas en el mundo) supone el gran ejemplo de una colección de obras que pertenecieron a los reyes y -cosa de franceses- fue reconvertido en patrimonio público con la revolución francesa. Su apertura en 1793 supuso la posibilidad del acceso libre y gratuito para todos los ciudadanos, una verdadera revolución cultural. Esa impronta democratizante continúa vigente para definirles como instituciones sin ánimo de lucro, permanentes, y al servicio de la sociedad. Su misión es investigar, exhibir, conservar, e interpretar el patrimonio social de manera pública, accesible e inclusiva.
Con los ojos cerrados, en el parque del Palacio Ferreyra, el sol se desliza hacia las ensoñaciones y viajamos oníricamente al recoleto Museo del Padro, en Madrid, el contundente MET de Nueva York, o el Museo de Antropología de México, una suerte de espíritu de América Latina.

Desarrollo cultural
Importantes atractores de turistas y fuentes de ingresos para sus comunidades, los museos no representan el ideal de la belleza. Algunos atesoran colecciones verdaderamente singulares, como el conspiranoico Museo Internacional del OVNI, en Nuevo México. Un museo de mierda es el National Poo Museum, en la isla Wight, Inglaterra, cuya tienda de souvenirs vende recuerdos más pequeños que el Museo de los Inodoros, ubicado en Nueva Delhi, India.

Las colecciones poseen una inquietante diversidad que va desde los muñecos de ventrílocuo, parásitos, o cabellos, hasta -que poronga- el Icelandic Phallological Museum situado en Reykjavik (algo así como la Faloteca Islandesa).
Más interesante, en nuestra provincia, es el Museo del Carruaje, que merece más promoción, al igual que el sorprendente Museo Polifacético Rocsen, con sus 60.000 piezas ¡casi todas en exhibición!

Con la caída del día, la luz se funde en una sensación de irrealidad y las colecciones parecen lo normal, mientras que la calle produce la misma extrañeza que las horas girando en el reloj. Aplica la frase de Orhan Pamuk “Los museos son lugares donde el tiempo se transforma en espacio”.-

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