Sobre Perfect days de Win Wenders, un mimo confiable

Con un poco de demora, hay que reconocerlo -sí: más de un año-, esta semana se proyectó en la intimidad del corazón la película Perfect Days, de Win Wenders. Lisa y llanamente es una cálida obra maestra, sin sobresaltos -al punto que carece de nudo dramático-, que constituye un verdadero mimo al alma cinéfila. Sentimos que podemos confiar en esta película, que se desenrolla con sutileza, sin diálogos ampulosos, ni pretensiones extravagantes.

Del otro lado de la pantalla sólo tenemos que valorar el silencio, entender el ritmo del transcurrir de la vida, y dejarnos llevar por unas actuaciones a la altura de su fotografía y banda sonora. Su protagonista, Kōji Yakusho, hace un papel magistral con unos diálogos que se reducen a lo estrictamente poético y unos silencios sólidos como su trama. En esa austeridad crece un humor mínimo que nos invita a confiar en el director y su obra, “es porque alguien tiene sentido del humor por lo que podemos confiar en él”, dice Milan Kundera.
Detrás de su producción hay una anécdota interesante: Este film de 2023 relata la acompasada cotidianidad de una persona dedicada a la limpieza de baños públicos y su universo, lo que le obliga a compartir el protagonismo con estas pequeñas grandes obras del diseño. Y justamente son los baños públicos de Tokio un lugar, no de llegada, sino de despegue del proyecto cinematográfico en la medida que Koji Yannai, directivo de la empresa Fast Retailing que administra estos sanitarios supermodernos ¡y vaya diversidad, la firma de indumentaria Uniqlo! llamó a Wenders para hacer un documental sobre sus baños. El director alemán subió la apuesta y propuso esta ficción exquisita. Se puede ver en MUBI.-

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