Refugio Achala : Desconectar del ruido, conectar conmigo

En el corazón de la Pampa de Achala, donde el viento habla en voz alta y las personas nos llenamos de silencio, allí donde las nubes se funden con las Altas Cumbres, se alza un refugio que invita a la desconexión y al encuentro con la naturaleza en su estado más puro. El Refugio Achala es un reducto unipersonal, o para recorrer en pareja, esculpido en la paz de la piedra, y que impone su tiempo. Sin internet y con energía eléctrica mínima a partir de unos paneles solares, este proyecto arquitectónico súper sostenible y basado en la circularidad de los materiales es austero por sólido.

Si buscás una definición visual de la inmensidad de la naturaleza serrana, acá tenés uno de los mejores cuadros pintados jamás. El efecto reparador de alejarse de todos para encontrarse con uno mismo se consigue después de varias horas, por lo que es recomendable tomar al menos dos noches. El espacio interior es muy confortable para las condiciones geográficas, pulcro, y propone un ámbito de descanso con agua corriente, posibilidades de cocinar -incluyendo un quincho con su horno chileno a leña- baño, y ámbitos de descanso ampliables a varias personas, si así se desea. Su pileta de aguas naturales es la versión agreste de la frescura y sus enormes paños vidriados proponen unas vistas imposibles así como una pantalla nocturno atravesada por el chorro delirante de la vía láctea.

Hasta hacer noche en Achala no sabías lo conmocionante que es nuestro cielo. Se puede llegar en cualquier vehículo y complementar el descanso con diversas actividades sugeridas por su dueño, todas con protagonismo del paisaje y la naturaleza.
Ir para llegar dentro tuyo.-

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