La sustancia y la cicatriz - Sobre The Substance la película de Coralie Fargeat.

Nuestra joven directora, que ya nos hablaba de terror en su primera Revenge, nos sacude con su nueva sustancia, más potente, con peores contraindicaciones, y mejor envoltorio visual. Mórbida, dolorosa, estetizada hasta empalagarnos para luego darnos náuseas y escozor, "La Sustancia" inicia con una fuerza arrolladora.

Demi Moore, en una actuación que recuerda sus mejores tiempos, nos sumerge en un mundo vinílico, de soledad, falsedad y sobrevaloración de lo superficial. La juventud, divino tesoro, se vuelve adictiva y como toda sustancia de la cual se abusa, deja huella. Fundamentante en el espectador que saldrá de la pantalla afectado permanentemente. Con soluciones cinematográficas potentes y un relato orquestado desde los protagonistas, los niveles de alucinación producidos por el abuso de la sustancia, y de este lado de la pantalla, por una hipnósis de ritmos, colores y frustraciones, inunda la atmósfera que habitamos con una putrefacción que se extiende más de dos horas. Esta suerte de oda al exceso también tienen moraleja (tal vez una rajaduras de su idea y guión) y, evitando la relamida crítica al consumo y mercantilización del cuerpo -especialmente el femenino-, sostiene su tramo final con un desborde, casi una pesadilla de Robert Rodriguez, tan excesivo como tragicómico. Esa condición gore que mancha el tramo final desdramatiza toda la película, pero atenta contra la profundidad de la sensación. 

Un maquillaje innecesario para ocultar una merecida cicatriz en la mirada del espectador.-


Disponible en Mubi


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