Anoche vi El mejor infarto de mi vida, la miniserie basada en textos de Hernán Casciari como debe verse: de un tirón, con glotonería, y ganas locas de fumar.
Se destaca mucho, naturalmente, la pluma de Casciari que escribe con letra cursiva un relato hermoso, apto para cardíacos, que no tiene expectativas desmedidas, moralejas o rebusques demasiado sofisticados.Alan Sabbagh la gasta en su protagónico, igual de valiosa es la dirección de Mariana Wainstein.
Profundamente humana, en tiempos de inteligencias y políticas artificiales, la serie transcurre como el paisaje en la ventanilla de una ruta conocida, complaciente y armonioso.
Fotografía, música y actuaciones iluminan una historia de final feliz, francamente disfrutable.
Uno de los más grandes textos del autor de “más respeto que soy tu madre”, es un hecho real que atravesó en 2015 cuando los dueños del Airbnb en el que se alojó le salvaron la vida. Como si todo eso fuera demasiado poco inusual, Joe Gebbia, fundador de la plataforma se acercó al caso y apadrinó un emprendimiento de los anfitriones que también les cambió la vida a ellos.
Una suerte de cadena de favores, apartada de toda la escuela triunfalista del cine americano, es muy a la argentina, con perdedores, desórdenes y personas tratando de hacer y rehacer su vida.
A veces la realidad y sus acontecimientos inesperados son más bonitos de lo que parece.-
Disponible en Disney plus.
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