Se murió Alain Delon, una figura trascendental de lo que siempre ha sido -y será- “la pantalla grande”. Independientemente de una verdadera belleza masculina que obnubilaba, ha sido un protagonista del cine francés -y mundial- indiscutido. Sobre él podríamos escribir mil carillas, incluyendo declaraciones, pasiones y fotogramas. “Yo soy bien francés”, “mi palabra favorita es honor” y “cuando muera le pediría a Dios que me lleve con mi papá y mi mamá así los veo juntos” habría dicho el hombre que elegía, de todos los sonidos del mundo “el aullido de un lobo”. Recientemente, con motivo de la maravillosa serie Ripley (protagonizada por Andrew Scott, Johnny Flynn y Dakota Fanning , dirigida por Steven Zaillian) se comentó mucho su primer gran batacazo en las salas, dirigida por René Clément, hablamos de Plein Soleil, una impresionante versión de El talento de Mr. Ripley cuyo protagónico fue celebrado por Patricia Highsmith, famosa por ser tan jodida como buena escritora.
Pero de toda su inabarcable filmografía, con mucho, me quedo con Rocco y sus hermanos. Se trata de un dramón a lo italiano -y con ribetes franceses- que te inunda de amor y fuego por igual. La pongo en el podio de las películas que más me gustaron en la vida porque Delon está más lindo que nunca, sufre como ninguno, y se ve la mágica mano del gran Luchino Visconti.
Entre tanto ruido, la descubrí subtitulada y abierta, en Youtube. Un encendido escalofrío de dos horas, en blanco y negro: https://www.youtube.com/watch?v=lk8fxrwZosc
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