Anoche se inauguró la Exposición “Razón y Fe”, con obras de la colección José Luis Lorenzo, curada por Siu Lizaso y Joaquín Barrera en 220 Cultura Contemporánea (un trabajo genial de ambos). Esta apertura tuvo lugar el mismo día que, por la mañana, se presentó en Espacio Colón la exposición “Escaparates” curada por Clarisa Appendino, con el apoyo de Carina Cagnolo. Sin dudas fue el día de “San José” por la merecida visibilización que obtuvo la maravillosa colección Lorenzo.
Una circunstancia que también me pareció maravillosa, e inclusive emocionante, ha sido el décimo cumpleaños del 220CC, uno de los Centros Culturales independientes de la Ciudad, casa importantísima del ecosistema cultural de Córdoba y el interior del país. No necesito aclarar la falta de objetividad con una institución a la que vi nacer, crecer, y dar a luz una cantidad infinita de proyectos imprescindibles de la escena local. Esta apuesta por exhibir una selección de la colección Lorenzo es un cambio, un movimiento completamente novedoso, cuyo potente resultado es una exposición, curaduría y gestión que merecen ser visitadas con la devoción propia de un feligrés; pero sobre todo es un diferencial en la vida institucional del 220cc. Vale recordar que esta organización se sostiene gracias al apoyo comprometido de En Vivo Producciones, una empresa incluye a decenas de personas que empujan para el mismo lado, empezando por Chueco Oliva y José Palazzo.
Seguramente la magia de este Centro Cultural proviene de su energía, de allí su nombre, que es aportada por el equipo humano que le integra: Micaela Di Caprio, Pili Palazzo, Fede Galará, y Lucila Escalante, además de muchas otras personas -como Sebastián, Pablo, Brandon, y tantas- que resulta imposible enumerar.
Pero también cada una de sus directoras: Luz Novillo Corvalán la primera que fertilizó el terreno con su mirada maternal y decidida, aunque no llegó a dirigirlo en funcionamiento. Agustina Palazzo, militó la causa del Centro Cultural con vehemencia, convocando a su red al mismo tiempo que no tenía inconvenientes en operar el sonido de una conferencia. En la lista de mujeres que condujeron y construyeron el fluir de la creatividad sobre la fluida costanera, mencionemos a la querida compañera de todas las batallas Sofi Nicolossi, y a Sol Mosquera que le imprimió un sentido del humor a la altura de su ganas indisolubles de celebrar.
Hace unos años el CC tiene una nueva comandante que junta, reúne y construye con generosidad un espacio colaborativo e infinito como su fuerza femenina, la querida chamana Flor Gauna. Ella, ellas, han sido y son el ejemplo que la pasión y la fé cambian las cosas, inventan un futuro.-
Una circunstancia que también me pareció maravillosa, e inclusive emocionante, ha sido el décimo cumpleaños del 220CC, uno de los Centros Culturales independientes de la Ciudad, casa importantísima del ecosistema cultural de Córdoba y el interior del país. No necesito aclarar la falta de objetividad con una institución a la que vi nacer, crecer, y dar a luz una cantidad infinita de proyectos imprescindibles de la escena local. Esta apuesta por exhibir una selección de la colección Lorenzo es un cambio, un movimiento completamente novedoso, cuyo potente resultado es una exposición, curaduría y gestión que merecen ser visitadas con la devoción propia de un feligrés; pero sobre todo es un diferencial en la vida institucional del 220cc. Vale recordar que esta organización se sostiene gracias al apoyo comprometido de En Vivo Producciones, una empresa incluye a decenas de personas que empujan para el mismo lado, empezando por Chueco Oliva y José Palazzo.
Seguramente la magia de este Centro Cultural proviene de su energía, de allí su nombre, que es aportada por el equipo humano que le integra: Micaela Di Caprio, Pili Palazzo, Fede Galará, y Lucila Escalante, además de muchas otras personas -como Sebastián, Pablo, Brandon, y tantas- que resulta imposible enumerar.
Pero también cada una de sus directoras: Luz Novillo Corvalán la primera que fertilizó el terreno con su mirada maternal y decidida, aunque no llegó a dirigirlo en funcionamiento. Agustina Palazzo, militó la causa del Centro Cultural con vehemencia, convocando a su red al mismo tiempo que no tenía inconvenientes en operar el sonido de una conferencia. En la lista de mujeres que condujeron y construyeron el fluir de la creatividad sobre la fluida costanera, mencionemos a la querida compañera de todas las batallas Sofi Nicolossi, y a Sol Mosquera que le imprimió un sentido del humor a la altura de su ganas indisolubles de celebrar.
Hace unos años el CC tiene una nueva comandante que junta, reúne y construye con generosidad un espacio colaborativo e infinito como su fuerza femenina, la querida chamana Flor Gauna. Ella, ellas, han sido y son el ejemplo que la pasión y la fé cambian las cosas, inventan un futuro.-
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