Lo único perpetuo es la fragilidad: Remo Bianchedi ilumina figuras

Hoy visitamos la maravillosa exposición de Remo Bianchedi que ha organizado la Galería Marchiaro. Se llama “Instantes perpetuos” un mensaje al tiempo que recorremos infinitamente oportuno. 


Esta exhibición es una propuesta antológica que bien podría ocupar las salas del Museo Nacional de Bellas Artes por su fuerza visual, así como la condición de su autor, uno de los artistas contemporáneos claves de nuestro país. Las personas que visiten la sala de exhibiciones del Barrio de Güemes (Belgrano 609) se van a encontrar con trabajos que abarcan 40 años de figuración, desde 1979 hasta 2019. Al caminar vemos que en sus primeras obras que “Remo ya está presente” porque su trazo y líneas de dibujo son inconfundibles y decididas. El ritmo de creación transita tela, madera, papel así como pastel y pincel. La voz del artista, ajada por el tiempo, intacta por el arte, está tan presente como sus estrepitosos silencios.  Diferentes figuras nos miran de frente perdonándonos, en su frágil humanidad. Toman la palabra para decirnos que su cuerpo, los puntos y las líneas están conectados con nosotros en un trazo mágico e indisoluble. Pena, gloria y pecado, sexo, abandono y amor perpetuo son las promesas que nos llevamos de transitar una gran exposición que merece ser recorrida con delicadeza, así como una obra que debemos atesorar con certeza. 

Bianchedi, cuya trayectoria y aporte a la escena local es fundante, está agazapado en ideas tan geniales como la luz del paisaje en el retrato, una exquisitez que sólo merecen entender quienes vayan a dejarse seducir en la Galería Marchiaro, amigos que por cierto, son admirados profesionales del sector sin ningún vínculo familiar. Personas que han trabajado con respeto y admiración comprometiendo fuerza y esfuerzo por nosotros y nuestra perpetuidad.-

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