Una avenida llamada Vivian Simonian

Y acá estamos con Vivian, una vez más. El equipo encabezado por Marcelo Valdomero, le hizo un merecido homenaje en el momento de la foto y lo agradezco profundamente, así como haberlo compartido.
Además, como yo pienso mejor con los dedos y el paso del tiempo, esperé unos días para fermentar mi profundo afecto y respeto en formato de saludo por este tiempo recorrido juntos.
Según mis cuentas, con Vivian, hemos compartido casi exactamente 12 años de trabajo codo a codo: y sólo tengo palabras de agradecimiento para todo lo que aprendí al lado de una de las personas más íntegras que he conocido en mi vida. Sí, tiene su carácter ¿pero quíen no?

Con una personalidad tan tenaz como generosa -especialmente a la hora de volver a perdonar-, el tiempo compartido me cambió profundamente como persona y sería muy feliz si puedo devolverle la milésima parte de la energía y compromiso que me regaló. Sin embargo, la mayoría de mi gratitud y respeto proviene de su hondo -y por momentos difícil de entender- compromiso con la ciudad y la administración municipal. Son muchos los trabajadores públicos que, en silencio y muchas veces en contra de la creencia popular, hacen esfuerzos muy por encima de su condición laboral para sacar adelante un pequeño trámite, o una gran obra. Entre todos ellos se destaca Vivian, quien además de ser un ejemplo de socia-amiga-tía me hereda la obligación de esforzarme más por el bien público. Su profundo compañerismo, así como su comportamiento, son tan intachables que a veces dolían.
Nosotros dos nos seguiremos viendo, pero sepan cordobeses que, como mínimo, deberíamos tener una Avenida que se llame Vivian Simonian, será un merecido homenaje y la artería más eficiente de esta ciudad. 

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