La sociedad de la nieve y sus aplausos fríos

Vimos en Netflix “la sociedad de la nieve” y, aunque la familia le celebró, a título personal no me gustó. Mis razones son de orden formal y no ético: estamos ante una fría (sí, adjetivo doblemente oportuno) parábola que tiene aires de fábula por la moraleja final.

Le reconozco, eso sí, decenas de virtudes como las muy buenas actuaciones, el maquillaje y la fotografía. O contar una historia spoileada con una sostenida tensión: es meritorio si tenemos en cuenta que las dos horas y pico tienen al espectador congelado.

Sin embargo, permanentemente sobrevuela a la película un aire de autosuperación, demasiado exitista. Ese aroma deja claro que los caídos no tuvieron la fuerza y el coraje que el equipo requería. Las chicas ocupan un lugar completamente decorativo, así como el tufo dictatorial de la época es un paisaje verde. Pero todo lo antes dicho son pecados habituales.

Lo que realmente duele es el exhibicionismo. Mientras crece una corriente de cine translúcido y poético, este envió español a los oscars es una producción disonante y artificiosamente rodada en Sierra Nevada, España. Lo que más rechazo me generó es el foco, de manera cínica, en una sola vertiente de la supervivencia dejando de lado la oportunidad de la cordillera, la pérdida y un sentido de la amistad más allá del rugby. Y no es un golpe a este deporte que puede ser maravilloso. Estamos, en síntesis, frente al “voyeurismo con drón” porque sin antropofagía no hay aplausos. Y eso devalúa la historia.

Estoy listo para la bardeada y el debate (con altura)

Comentarios

Diseños varios ha dicho que…
Es una película que técnicamente está muy bien filmada. Las cámaras, el tipo de tecnología, maquillaje, vestuario, escenografía.
Pero a mi me resultó fría. Adhiero a que las mujeres en la historia no existen ( pero bueno, los sobrevivientes son hombres y siempre fue su mirada). Más allá de eso creo que al conocer en detalle la historia, haber visto otras películas y haber escuchado tanto sobre esta, esperaba algo más …. No sé qué. Los diálogos de la última parte son bastante políticamente correctos. Siempre que vuelvo a esa historia pienso cómo te debe cambiar la vida un evento como ese.