Cuerpos, encuentro y sociedad

(Sobre el aniversario del 220CC) 

La sociedad es un cuerpo grupal. 

Vivir es un ejercicio conjunto y cada organismo es un lienzo escrito con la técnica del tiempo como instrumento. 

Después de una orgía de ausencias, un cumpleaños ¡y van 7! es la celebración del transitar.  En esta invitación hay varias particularidades: después de un tiempo distante nos acercamos para re-encontranos en un momento y espacio mágicos: el 220CC.


Todas las mujeres que le construyeron, Luz, Dora, Agustina, Sofía, Sol, Kari, Vale, Ceci, Vicky, Vivian y ahora el equipo de Lucila, Pili y su directora Flor Gauna conjugan en presente una promesa de futuro con poder y generosa dimensión de géneros.

El re-encuentro es una relación que habla de vínculos, y reunión intercambiando energía. Los cuerpos, por su parte, son esa materialidad que habitamos, que nos define y a la que también definimos con nuestras percepciones. Un territorio fértil para sembrar placer, deseo y dolor. Una superficie para cultivar sensitividades, recorrer el mundo y tocar a sus habitantes.


El cuerpo como primer y último espacio que habitamos, escribimos y cicatrizamos; como zona que tocamos y retaceamos, como fuero íntimo de gobierno y delirio, aquello que nos pertenece con glotonería y que compartimos con voracidad es el eje de reflexión de esta reapertura de la querida casa del 220CC.


Envase y refugios de las personas, superficie de conexión e interpretación social volvemos a encontrarnos, y experimentar con otras personas el alma dérmica de una sociedad erizada.-


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