7 recursos inspiradores para atravesar los cambios de los proyectos creativos en el SXXI

1. Compromiso. Nuestras organizaciones están para cambiar, para militar, para hacer mejor la vida de los ciudadanos, los clientes, o nuestros asociados. Las organizaciones culturales, justamente por su naturaleza y dimensión humanista, son ejemplares y deben proyectar lo mejor de la sociedad. Diseñamos cada actividad para crear un cambio, para incidir en la realidad. Y lo debemos hacer con estándares altos en aspectos tan obvios como la honradez, la honestidad intelectual, la administración prudente de nuestros recursos, el impacto medioambiental, el consumo energético, la paridad de género, así como la inclusión de colectivos que supongan un arco diverso… miramos al futuro y queremos estar más cerca de mañana. Para ello debemos empezar hoy. A título ilustrativo hemos dejado de imprimir papelería en el área formación y reducido a su mínima expresión el resto de las piezas gráficas. Celebramos el cumpleaños de Córdoba con diseño, con el futuro. Nos enfocamos en los deseos y no en las velitas. 
Proyecto #YoPropongoCultura
Córdoba, Elecciones de Mayo 19 
2. Tiempo. de todos los recursos, el tiempo es el único que no se compra y debemos usarlo y administrarlo en lugar de ser su víctima. La velocidad es riesgosa, por eso hay que moverse rápido pero sin acelerarse. Madurar, reflexionar, accionar, ese es el paradigma. Parece que vivimos atrapados en un tiempo de urgencia cuando en rigor se la asocia con emergencia médica. Hemos de reflexionar sobre lo emergente y la emergencia como algo que aflora y cobra relevancia, así como lo urgente como algo que requiere atención. George Didi-Huberman, en su “Ante el tiempo / Historia del arte y anacronismo de las imágenes” reflexiona sobre el papel que Benjamin le dio a la historia, la novedad, y el torbellino. Ser contemporáneos es estar en nuestro tiempo. 
3. Actitud. impulsar cambios con dimensión cultural y trascendencia social, demanda de varios esfuerzos, entre ellos la paciencia. El enojo, o la ansiedad son malos consejeros y nada bueno surge de malos gestos. Convencer, persuadir, consensuar y negociar son temas fundamentales en los procesos de gestión, tenemos que invertir tiempo -una medida razonable y definida-, actitud y sobre todo compromiso en los procesos de acuerdo ya que la calidad de esos consensos son la garantía de la sostenibilidad de los procesos. Sabemos que tenemos que hacer, reflexionemos sobre cómo hacerlo.
4. P2P. en un mundo de hiperconectividad y con diversas formas de informarnos, es muy relevante, también, comunicarnos. Preservar momentos de contacto personal, entre pares es fundamental. En un mar de gestiones administrativas, una llamada telefónica al interesado puede ser un diferencial y exige menos de cinco minutos. Algunos trámites demandan tanto tiempo que ofuscan a quien, si se siente tenido en cuenta, será un militante más de nuestra causa. Algunas decisiones comerciales, por ejemplo de reducción de un acuerdo, también pueden quebrar ciertos ánimos que una conversación reconstruye o sostiene. La gestualidad es gran parte de la comunicación, sino preguntenlé al Listo Han. Destaca Byung-Chul Han en “En el Enjambre” que hubo un caballo alemán, en principios del siglo pasado, que era capaz de adivinar los resultados de diversas operaciones matemáticas. Para dilucidar el caso del caballo inteligente (listo) se conformó una comisión que determinó que el caballo no calculaba sino que “interpretaba finos matices faciales” y frente a la tensión del número acertado en el público, el caballo daba la respuesta correcta. Conclusión del autor “ el núcleo de la comunicación está constituido por formas no verbales, tales como los gestos”. Saludar a los montajistas, pagarle a los artistas, esos son gestos. 
5. Soluciones. Los problemas se incrementan con el paso del tiempo. Existe una suerte de tendencia inflacionaria para las dificultades y la única manera de resolverlos es enfrentarlos, reconocer su existencia y construir un camino con un horizonte de utilidad. Ese es el único camino. Nada se resuelve sólo o con un acto de magia, los gestores resolvemos con nuestras decisiones e imprimimos esfuerzo en materializar acciones concretas. Las abstracciones no componen nuestro trabajo sino que, junto con la intelectualización son el fruto, el resultado de nuestra actividad.
6. Actualidad. Gran parte de los modelos y procesos que atraviesan nuestra vida -como por ejemplo la educación, pero también todas las industrias culturales (fotografía, fonografía, cinematografía) nacieron y se sistematizaron en el SXIX, actualmente están conducidas por personas que nacieron en el SXX pero deben funcionar y seducir a personas del SXXI. En tiempos de prosumidores, además de hablar debemos saber escuchar, además de escribir mensajes debemos saber leer, y con ello nos referimos a entender y comprender. Tal vez este último verbo sea el que más esfuerzo exija. También debemos incorporar que aprendemos sin solución de continuidad y que cada intercambio con otra persona es una oportunidad de incorporar conceptos valiosos, más allá de lo que tengamos para decir. Entonces, una crítica, un comentario adverso en el perfil de nuestras redes sociales es una oportunidad de sumar aprendizaje, para ser humildes y de cambiar algo. Inclusive esta actitud redundará en la obtención de resultados más satisfactorios al reconvertir un usuario crítico en un aportante a nuestro cambio. 
7. Posibilidad. Abrazaremos las utopías pero besaremos a las realidades. La frase “haré lo mejor posible” incluye dos promesas: un máximo compromiso con deseos altruistas, y la certeza de que hasta donde se llegue se volverá real. La utilidad de lo posible, lejos de opacar lo imposible lo ubica en el horizonte de referencia. La inmensa motivación, la exquisita belleza de nuestras expectativas es el combustible que cada dia nos impulsa, comprometidamente, a hacer. Y la forma de su resultado, así como la manera en la que lo hacemos, entra en el terreno de lo posible. Nuestra responsabilidad es la posibilidad.

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