Violencia y oportunidades en Sábado

Publicado por LaSemanaTv el 18/4/2017

Salís a correr por la Costanera. Es sábado santo, hay sol y el río junto a su ciclovía te regalan verde y aire desde el centro y hasta Barrio Urca, donde pegás la vuelta. Unos cuantos kilómetros más tarde, con la sensación de haber alcanzado la meta, regresás caminando las últimas cuadras y disfrutás de la mediamañana.
Foto original tratada con Prisma
Te sentís bien y la ciudad te mira con delicadeza. Sin embargo, ese día van a matar a dos cordobeses, uno en el clásico futbolístico, otro en un clásico musical. 
Paradigmáticamente, lo que nos enorgullece llegará a horrorizarnos. 
Sobre la margen del río Suquía hay una familia tipo: padre, madre y dos hijos pasan el rato y ensayan una improbable pesca deportiva. Inclusive, el perro acompaña una postal que pareciera incluir, al lado de la madre, unos bolsos donde podría encontrarse el equipo de mate y algunos recursos para la seducción de los peces: tal vez unas lombrices extraídas del terroso patio de una casita cercana, en pleno corazón de un Alberdi que ya canta laudes a su amado Club Belgrano. Todo parece estar más celeste que nunca en mi barrio, y La Isla de los Patos mezcla el cielo con los murales saturados de pasión.
Me detengo nuevamente en la familia y, aunque parecen muy felices y excelentes personas, hago un ejercicio de ficción y especulo con la prudencial distancia que la madre ha dispuesto atrás del padre. Ahí hay miedo. Sigo ejerciendo la ficción: Ese hombre puede haber sido violento, hoy, en casa, antes de salir a pescar. O puede ser parte de los asesinos que esa tarde presumían de su hombría patoteril frente al cuerpo agonizante de otro hincha cuyo cuerpo fue ultrajado, también, al quitarle las zapatillas. O puede haber sido una mano más de las que integraron la  jauría que tiró por la ventana a un bailarín de cuarteto, como si se tratara de un desecho. 

Violencia con violencia 
Podemos pensar muchos sistemas represivos y reclamar que las calles estén colmadas de policías, pero las últimas dos décadas se esmeran en explicarnos que la solución policíaca llega tarde, esto es sólo para castigar y -lamentablemente- muchas veces a partir de estereotipos y prejuicios. Independientemente de lo que haya hecho el papá, la mamá no tendrá la suficiente contención frente a la violencia de género. Y, es más probable que los chicos le tengan miedo a la fuerza de ley y sean víctimas de ella, antes que  considerarles una posibilidad para mitigar algunos de los muchos problemas que forman parte del universo de la humildad.

Arte, cultura, y educación como herramientas de transformación social
Ese barrio, como muchos otros de la ciudad cuenta con una Escuela Municipal cuyos docentes no han realizado ni una jornada de paro. No debe haber ninguna barrera de contención social más eficaz que la seño y los delantales blancos en el aula. 
Pero además de la educación formal y de diversos proyectos de articulación comunitaria que florecen en las escuelas municipales, esta gestión ha desarrollado diversos programas que, de la mano de un estado presente y ocupado en garantizar el acceso a la cultura como un derecho humano, inciden de forma permanente en el territorio. Son una posibilidad para que, en el futuro haya menos marchas de la gorra, menos Micaelas, y más niños riendo y abuelos bailando. Cuando el estado deje de pegarnos y nos haga bailar, algo importante habremos ganado.  

El Intendente Ramón Javier Mestre, no sólo creó la Secretaría de Cultura, resolviendo una demanda pendiente desde hacía años para la Ciudad, sino que además delineó políticas culturales de abordaje a los territorios y comunidades de la mano del apoyo a las manifestaciones zonales preexistentes. La acción estatal en materia de creatividad no vino a colonizar, sino a destacar aquello que tenía lugar en los barrios. Sólo a manera de ejemplo, en Alberdi, lo antes dicho se ha traducido un proceso de diálogo y apoyo al Pueblito de la Toma. Es que si estamos orgullosos de nuestro pasado, seguro construiremos un futuro más sólido. 
Pero también se realizaron acontecimientos en las inmediaciones del Río, festivales de artistas del barrio, acciones de artes escénicas y numerosas actuaciones de los elencos estables de la Ciudad. En ese barrio, en el del lado y en los siguientes. 
No sale en el noticiero, pero cada día, artistas plásticos, de las artes circenses, la música de cámara, o fotógrafos, así como expertos en patrimonio, diseño, y un etcétera tan variado como el acervo de nuestra personalidad, salen a la ciudad para ofrecer lo suyo, que pasa a ser nuestro, con recursos de la Municipalidad.
Córdoba ha comenzado a ser considerada una capital social, pero no como un slogan, la ocurrencia de un político o un latigillo de confección publicitaria, sino debido a la huella que dejan muchos años de labor continuada. Se trata, y desde hace más de cinco años, de una inversión histórica en potenciar su carácter distintivo, esto es su cultura, irradiando decenas de programas, y más de tres mil actividades culturales gratuitas y de calidad al año. Acá conviene insistir: no nos hemos transformado en una capital social, sino que arribamos después de mucho esfuerzo, continuidad, así como una sostenida intención política. Estos años de silenciosa labor articulada de diversas áreas, nos permite, ahora, garantizar que la lucha contra la pobreza, la marginalidad y la violencia se dé con el arma más potente: nuestra palabra. 

Creo que picó un pescado. Creo, también, que puedo haberme equivocado: tal vez el padre sea una buena persona. Y estoy seguro de algo: para la Municipalidad de Córdoba, esos chicos son una oportunidad. Ellos son el futuro, el orgullo de nuestra ciudad.- 

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