200 años de Rotas Cadenas

[sobre la Feria del Libro 2016, publicado por el Suplemento Instituticional]

Esta nueva edición de la Feria del libro, estimado lector, tiene ánimo histórico. Por un lado, el lema “200 años de rotas cadenas” nos alienta a reflexionar sobre nuestro pasado fundacional, pero además la coincidencia con los 40 años del trágico golpe de estado de 1976, así como los 50 años del derrocamiento del presidente Arturo Illia conforman un sustrato que debe ser entendido, ya a nivel local -pero de reverberancia mundial- en el camino hacia el centenario de la Reforma Universitaria, en 2018.
Estos cuatro vértices conforman una zona de debates nacionales que seguramente estarán presente en los libros que miles de visitantes buscarán en las carpas de la plaza. Pero es en las actividades cuando más claramente veremos la decisión de construir con autores, pensadores y protagonistas, un programa de intercambio de pareceres que atravesará desde la política hasta la poesía, desde lo experimental -en espacios como Antena- hasta las editoriales locales en el espacio Barón Biza que la Secretaría de Cultura construyó para independientes. Si a lo antes dicho le sumamos la App del municipio, destinada a difundir los detalles de la Feria (pero que que llega para quedarse), el libre acceso a la plataforma e-libro, el homenaje a Daniel Salzano, los programas con el Ministerio de Cultura, con la CONABIP, y una lista muy extensa de proyectos y actividades con referentes de la ciudad, el país y el mundo, además de un encuentro de importante vida comercial, estamos en una suerte de enjambre de ideas, probablemente la mejor musculatura que pueda tener una feria del libro.

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