A propósito del Foro hacia treinta años de democracia
Un
foro, por definición inclusive arquitectónica, es una invitación a
saltar la etiqueta. Por un lado porque, como ya se sabe, "etiqueta"
en cuanto a vestido de "etiqueta", como a la "etiqueta"
del vestido vienen del francés étiquette
que significa rótulo. Se impuso en las cortes de Carlos I como
cartelería que indicaba los lugares para actos de gobierno. A su vez
desciende del neerlandés stikken,
y este del inglés ticket.
Y, justamente nos saltamos la etiqueta y el ticket, además, porque
el ámbito del Foro es un pacto para evitar pasarle factura a nadie.
Desade
el 10 de diciembre de 2012, cuando faltó exactamente un año para
cumplir la adultez democrática, nos debemos imponer el trabajo de
pensar en “nosotros” como la unión de nos y otros, y en córdoba
sólo hay un nosotros, él de la mesa que integran los referentes del
Foro, una maravillosa foto de estar juntos y -nada menos que en el
cabildo histórico de la Ciudad de Córdoba- para plantearnos qué
hemos conseguido como sociedad y qué deudas arrastramos, justamente,
con la sociedad, a treinta años de la democracia nacional.
Este
emblemático 10 de diciembre en el que se formó el Foro, debemos
recordarlo cada día reflexionando sobre la participación, la
capilaridad de la sociedad, las ansias de participación, las redes,
y los foros que mediante la tecnología vuelven porosa la
arquitectura del poder y nos intima, como representantes de sectores
muy diversos a redoblar esfuerzos para atender estos reclamos y
anticiparnos, concientizando a los cordobeses para lleguen mejor
acompañados a un aniversario tan importante como son los 30 años de
democracia.
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