(Publicado en el diario de la Feria del Libro 2012)
En
cada edición de la Feria del Libro, en años anteriores, muchos
miramos con esperanza una programación sostenida con el enorme
esfuerzo del personal municipal y las instituciones que componen el
grupo de gestión, pero que nos dejaba con ganas de más. Los
editores autogestionados, los autores y los lectores -por supuesto-
ponían todo de sí para preservar un proyecto que parecía vacío y
lunar, abandonado por las políticas públicas.
Esta
edición 2012 tiene varias particularidades, pero la principal, tal
vez la menos evidente pero la de mayor peso, es la decisión del
gobierno municipal de recuperar un protagonismo en el diseño y la
ejecución de la Feria que jamás debió haber descuidado.
Seguramente
esta edición traiga debates y opiniones de índole muy diversa, y
más allá de una vocación incansable de consenso, esta Feria del
libro se basó en una concepción de la cultura en general y la
literatura en particular, como uno de los grandes motores simbólicos
y productivos de la ciudad.
Desde
un comienzo, y con el paciente y generoso acompañamiento de las
instituciones que componen el ámbito de construcción de la Feria
del Libro, se han trazado lineamientos como el espacio de literatura
y política, poesía, y literatura y cine, entre otros.
Pero
por sobre todas las cosas, se ha conseguido por primera vez contar
con un curador de la talla de Federico Racca, que junto a la
trascendente comisión asesora ha diagramado una edición que nos
enorgullece a todos.
Pocas
ediciones de la fiesta de la literatura local han tenido espacios
abiertos tan claros para los trabajadores de las letras locales, como
los propuestos en la Tienda de la Ciudad, o aquellos que recibieron
condiciones especiales en el ala de la Plaza San Martín, sobre calle
Buenos Aires, dedicada a nuestras letras. Muchos nos acompañaron
desde el principio, otros lo harán después, pero el marco de un
acontecimiento atravesado por Córdoba, está presente en cada acción
diseñada.
La
ciudad está enamorada de quienes la sostienen con sus ideas, sus
palabras. Ya lo dijo Federico García Lorca “La poesía no quiere
adeptos, quiere amantes” y la Municipalidad de Córdoba, con sus
escritores, invita a la ciudadanía a vivir intensamente el amor por
una estampida de palomas mensajeras que llevan en cada pluma una
letra de nuestra identidad, una invitación a celebrar juntos una
cultura pública, participativa y de calidad.
Presentación usada para el acto inaugural:
Comentarios