El arte y la cultura estuvieron de fiesta. La ciudad de anfitrión

(Publicado por la Voz del Interior el 17/11/2010 en su sección de opinión)

Hace pocos días comenzó a desvestirse la Muestra de Arte Internacional Afuera, mientras se siguen exhibiendo algunos proyectos en diversas sedes de la ciudad, como el caso de la Muestra de Res en el Museo Genaro Pérez. Pero, al mismo tiempo que se detiene el peregrinar de un público que superaba los mil espectadores diarios -sólo en el edificio de El Panal- nuevamente comienza la andadura de las obras con rumbo a otras muestras a lo largo y ancho del mundo. Termina esta fase, ya se huele la llegada del libro y el documental que relatarán las delirantes peripecias del proyecto, y conviene destinar unas líneas a valorar la iniciativa que tuvo como destinatarios a los ciudadanos de a pie, a los cordobeses que esperaban el colectivo, jerarquizándolos como si las calles fuesen salas de exposiciones. De hecho, pocas personas en la ciudad podrán decir que no vieron o escucharon hablar de la escultura Caudillo que parecía ser un monumento a Hugo Chávez exhibido en pleno centro de la Ciudad; los enormes globos de Tomás Saraceno que -con más de 45 metros de tamaño- presidieron el amanecer de la ciudad universitaria, o tantos otros proyectos que movilizaron y pusieron a Córdoba en el mapa global. Pero lo que pocas personas deben saber es que, mientras varias decenas de artistas internacionales se reunían junto al público para celebrar el lanzamiento de la Muestra, un grupo de instituciones había materializado el compromiso de colaborar con una vida cultural más intensa, sólo por solidaridad con los cordobeses. En primer lugar, la Municipalidad de Córdoba y la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo, socios en la aventura cultural que supone la existencia del Centro Cultural España-Córdoba. Y junto a ellos, con idéntico entusiasmo, LaA VOZ DEL INTERIOR, la UNC y el Gobierno de la Provincia de Córdoba. Hace casi más de un año, en un almuerzo compartido con el Intendente Giacomino y el Cónsul General de España en Córdoba, se delinearon los detalles de este proyecto que ha permitido impulsar el mayor acontecimiento artístico de estas latitudes en mucho tiempo. Los resultados son miles y miles de asistentes a conferencias, acciones performativas, debates e innumerables espacios de reflexión, así como repercusiones en medios de prensa internacionales y nacionales hablando de Córdoba como una ciudad que protagonizó los procesos actuales del arte contemporáneo (con portada del suplemento cultural de Clarín, notas en La Nación y Perfil incluidas).
Como Director del Centro Cultural España. Córdoba no puedo sino reconocer mi agradecimiento a todos los que hicieron realidad la Muestra. Es oportuno reconocer el esfuerzo sobre-humano que le imprimió el equipo de gestión del proyecto, desde los curadores internacionales hasta los técnicos, con especial mención de la coordinadora general del proyecto Luz Novillo Corvalán. Conviene, también, hablar de la dimensión de cooperación para el desarrollo local que la Agencia Española comprometió en esta acción, así como el invaluable desempeño de la Municipalidad de Córdoba, a través de su Secretaría de Educación y Cultura, como anfitriona de la fiesta de la cultura y su carácter centrífugo en una muestra de arte, justamente en espacios públicos de la ciudad. Sólo el capítulo habilitaciones y seguridad podría ser una tesis doctoral en sí mismo.
Para muestra valga el hecho que el célebre Marc Auge haya ingresado en una performance a dar su conferencia montado en una bicicleta tandem conducida por Gonzalo Biffarella, y que días más tarde nos haya comunicado desde París que había vivido momentos de alegría y excitación intelectual y que “para mi Córdoba es, desde ahora, uno de los lugares más importantes en América en el dominio de la creación y reflexión artística”.
Córdoba lideró un proceso, a través de estas empresas e instituciones que hacía tiempo nos debíamos y que rememoró aquel olor a primavera creativa de los sesenta y sus bienales. Quedan, ahora, y adentro -que no ¡afuera!- varias enseñanzas. Particularmente que juntos, y acomodados, cabemos todos en la misma foto, o que hay mucho margen para reunirnos, pensar, disentir y sentirnos parte de un mundo internacionalizado, así como para escuchar que muy bajito hay un rumor que crece reclamando… queremos otra... más... más.-

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