Arte, ciudad y nosotros

¡AFUERA! ARTE EN ESPACIOS PÚBLICOS es, sin miedo a equivocarnos, el proyecto más importante que haya soñado el Centro Cultural España Córdoba. De hecho ¡Afuera! está llamado a ser uno de los grandes acontecimientos de la ciudad de Córdoba y el interior de Argentina. ¿Las razones (y perdón por el exceso de signos)? Tal vez los más de tres años de trabajo de varios equipos técnicos, sea la más valedera; o el carácter de Programa Especial que se le concediera desde la AECID. Sin embargo Ludwig Mies Van der Rohe dijo alguna vez que “la forma no es el objetivo de nuestro trabajo sino el resultado”. Y ha sido justamente esa forma de trabajar la razón de peso pues, sin darnos cuenta, estamos construyendo un gran hormiguero (siguiendo a Steven Johnson) para la ciudad. Somos muchos quienes, con esta acción, nos agrupamos momentáneamente en una estrategia asociativa y relacional que nos permite generar aquello que nadie podría hacer sólo. Esta Muestra Internacional, como el funcionamiento de los hormigueros, los cerebros o el software, responde a las estrategias propias de la web 2.0 caracterizadas por una construcción conjunta, no autoral, y simultánea. En nuestro caso, artistas locales, creadores internacionales, instituciones, la escena independiente, la academia, la diplomacia, los medios, el escepticismo, y la militancia convergen para amplificar un proyecto que tiene a la ciudad
como caja de resonancia.

Co-operación
El propio Centro Cultural siempre es una foto en movimiento del concepto de Cooperación para el Desarrollo Cultural de la AECID ya que su génesis y razón de ser es la unión de España con la ciudad de Córdoba. Pero con ¡Afuera! el Centro pasa a ocupar un lugar no central pues funciona como catalizador de muchos actores cooperando: desde el Honorable Senado de la Nación, y la Cámara de Diputados (lo
que también nos habla de su federalización) hasta un grupo de jóvenes artistas locales, pasando por varios Centros de la red AECID como México, Guatemala, o Bs. As., la SEACEX, el Consulado de Brasil en Córdoba, la Embajada de México en Argentina, y tantos otros que sitúan a la Cooperación Española y el propio Centro como un referente impulsor de vamos, asumámoslo, una imprecisa red de personas, instituciones y empresas. Insisto en que la lista es infinita. La Voz del Interior, la Universidad
Nacional de Córdoba, La Cámara de Comercio Español, el Museo Caraffa, el Museo Genaro Pérez, etc. etc. Un capitulo destacado, entre muchos, merece la Secretaría de Cultura de la Provincia que se sumó al proyecto con decisión y recursos tan importantes como la primera etapa de la puesta en valor del emblemático edificio El Panal. Podríamos seguir con La Agencia Córdoba Turismo, o empresas como REGAM Pilay, la compañía Telefe y un sinfín más de personas que fundamentalmente construyen
con la idea de hacerlo juntos.

Desarrollo
El aporte de esta acción construida entre todos empieza por un señalamiento hacia una problemática de muchas ciudades que han dejado de ser espacios donde re-conocernos para pasar a ser espacios de otredad. El microcentro de Córdoba, y decenas de ciudades latinoamericanas, era hasta hace poco un lugar donde nos sentíamos parte de algo, donde el patrimonio material se inmaterializaba y todos éramos un gentilicio. Hoy, los microcentros parecen haberse transformado en lugares a atravesar, en espacios donde en lugar de ser nosotros, nos enfrentamos a otros. Y eso, merece ser pensado.
Además, teniendo a la Municipalidad de Córdoba como anfitrión, la instancia de vinculación que propone este proyecto ha permitido a más de cien artistas construir equipos para amalgamar iniciativas y comenzar a recuperar el protagonismo que nos merecemos. Hay muchos grupos de creadores trabajando para que la cordobesitud se mire el ombligo en el espejo global y, de la mano de la cultura, el arte y otros reflejos como el turismo, incidan en el imaginario colectivo.

Arte, calidad y convocatoria
Si el término hormiguero llevara tilde, o si afuera fuese una palabra esdrújula, el acento estaría en la calidad de los convocados. Porque estamos hablando de arte actual, contemporáneo y asequible, de una fisura en la cotidianeidad urbana, que sale de las salas de exhibición para llegar a todas las personas. Y, con una sugestiva insinuación para todos los ciudadanos, esta acción de arte, celebración e impertinencia
nos situará frente a frente con otros grandes proyectos de la mano de un extraordinario y tenaz equipo local liderado por Luz Novillo Corvalán, al que hemos de sumar, en orden de aparición, a los queridos curadores Gerardo Mosquera y Rodrigo Alonso cuya generosidad es ante todo un gesto político, y una nube de artistas, técnicos y participantes que nos pondrán la piel de gallina cuando yendo al centro de
nuestra ciudad lleguemos al mundo. O cuando subamos al colectivo e, inesperadamente, seamos ciudadanos del siglo XXI.-

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