Su Muerte: condición para cobrar la obra

(Publicado en el Suplemento cultural de La Voz del Interior, el Sábado 15 de Enero de 2009)

En Córdoba, artistas y productores culturales se quejan de las dificultades para cobrar. Parece ser un calvario propio de cada creador efectivizar sus honorarios, sobre todo si el pago proviene de un ámbito estatal. El artista español Santiago Sierra (1966), reconocido tanto por su trayectoria como por la estela de polémica que acompaña sus obras, enfrenta un problema peor que los creadores autóctonos: para cobrar su último trabajo, el “Contador de muerte”, él mismo debe morir.

El contador de muerte

La obra de Sierra es un display luminoso que señala permanentemente el número de personas fallecidas en todo el mundo, desde el primer segundo del año y hasta el último instante de 2009, tomando una proyección global desde el servicio de censo norteamericano. La instalación se exhibe sobre el acceso frontal de la sede londinense de la Aseguradora Hiscox Insurers, ubicada en el corazón de la city financiera inglesa y, según el propio Sierra, abre una reflexión sobre la muerte y su relación con el dinero. Una propuesta que se potencia con la locación dado que quienes poseen seguros de vida, no han hecho otra cosa que cuantificar el valor de su existencia. También construye sentido que el propio autor recibió como pago una póliza de vida por 200.000 dólares. Irónicamente, sólo se hará “pagadera en caso de mi muerte durante el período de exhibición” dice el autor en su web. Si la fatalidad y la fortuna acompañaran al artista, su muerte se contabilizaría entre los 55 millones de fallecidos estimados para el año en curso.
El contador marca casi dos fallecimientos por segundo elevándose, mientras un lector promedio haya leído hasta aquí esta nota, en cerca de 180 decesos.

Un artista escandaloso y “con humos”

Con esta propuesta, el madrileño Santiago Sierra llama la atención de los medios nuevamente, pero con un trabajo de menos voltaje que muchas propuestas anteriores. Este performer, instalador y videocreador español dio su primer golpe mediático en el pabellón de la Bienal de Venecia de 2003 cuando levantó unos muros cerrados cuyo acceso, con guardias, sólo estaba permitido a ciudadanos españoles. En medio de una lluvia de críticas (casi nadie pudo entrar), llamó la atención sobre las leyes migratorias europeas y españolas.
Además del contador, muchos de sus trabajos hablan del valor de la vida, el dinero y la necesidad: en una ocasión le pagó a una persona para rodar un video mientras permanecía enterrada, en otra ocasión pagó a quien se tiñera de rubio; a quienes se masturbasen frente a cámara; o se realizaran un tatuaje. Sobre esta línea, y homenajeando a Piero Mazzoni, también exhibió recientemente unos montículos antropomorfos realizados con materia fecal recolectada en India por personas de castas condenadas por crímenes de vidas anteriores.
Su obra más urticante ha sido “245 metros cúbicos”. En ella conectó el escape de seis autos al interior de una sinagoga alemana. Cada asistente debió acceder con máscaras de gas y un bombero, pero la intervención no duró mucho tiempo ya que la ira de diversos sectores apresuró el cierre de la experiencia.

El Contador online y los otros relojes globales
La obra de Sierra tiene su correlato en su propia web y guarda semejanza con otras propuestas on-line que contabilizan las evolución de los asuntos más variados, desde medioambientales, y estadísticos, hasta incidencia del HIV, como Poodwaddle donde aparecen numerosos relojes de la tierra.
http://www.poodwaddle.com
http://www.poodwaddle.com/clocks2.htm
http://www.santiago-sierra.com/200901_1024.php

Comentarios

Alfredo ha dicho que…
Para mi gusto, Santiago Sierra es uno de los artistas contemporáneos de mayor potencia creativa y capacidad de impacto. La instalación de la Bienal fue espectacular y la controversia que causó fue bastante duradera.

De ese peculiar contador de fallecimientos, no tenía noticia. Has hecho una buena síntesis de su trabajo.

Saludos
Pancho Marchiaro ha dicho que…
Gracias Amigo Alfredo. Dicho sea de paso puse tu blog entre los "no odiados" y cuando lo visité descubrí ese delirio de los "17 hippies", que puse a bajar inmediatamente. Ahora, apago el incendio veraniego del sur con cerveza y "sirba" o "wer ist das_". Un abrazo. PM