Pasión por el caos o por la armonía de la administración

(publicado por la Revista Ecléctica en su Número de Junio)

Con el paso del tiempo los clásicos sólo ganan más vigencia.

Tal el caso de la película Ensayo de Orquesta, que se estrenara sobre finales de la década del setenta, dirigida por Federico Fellini. En el film, con formato de documental, (distante, pero no tanto, de Moore o Lanata) un equipo de rodaje televisivo entrevista a una orquesta en el marco de un accidentado ensayo, donde un director de aspecto y tono dictatorial intenta imponerse a un heterogéneo grupo de músicos. Los instrumentistas, por su parte, optan por el caos, antes que por la armonía que supone la ejecución de una pieza clásica, desde las frías partituras.

Está visto que la armonía, como el ritmo, se apoyan en frecuencias, repeticiones y espacios de más protagonismo para unos, sobre otros. Todos artilugios que no se consiguen sin que haya imposiciones. La trama de la anarquía, en este caso estética, subyace latente y, por momentos, se impone onírica y orgiásticamente. Esta lucha, natural, en todos los campos del arte se opone a un concepto intervencionista, por no usar el gastado término paternalista, de la administración cultural.

En cualquier caso fue el propio Fellini quien dijo “No hay un final. No existe un principio. Solamente existe una infinita pasión por la vida.”

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Anarchy In The USA!