La medida de un Gigante

Publicado Parcialmente por La Voz del Interior, el Sábado 21/07/07.
(Escrito en co-autoría con Gabriela Borioli)

Fontanarrosa vino a Córdoba muchas veces. Una en 2002. Eso ya fue una gentileza porque el Centro Cultural España Córdoba vivía momentos difíciles (como todos los argentinos) y sólo podíamos ofrecerle una ajustada muestra co-financiada por el Banco Suquía y una cena en un restorán pequeño. Esto último de canje, así es que debería medirse en el consumo. En la
inauguración, su única exigencia de divo fue “traigan más fibras para seguir dibujándole a los chicos”. Sólo dejó de dibujar Boogies dedicados cuando todos, pero todos, tuvieron uno.
Fontanarrosa era un tipo que no medía las cosas, o por lo menos las medía con una métrica muy diferente a la del resto de los mortales.
Se tomó todo lo que pudo. Suponemos que -porque el recuerdo es borroso- que, inclusive pagó de su bolsillo las botellas de tinto que se salieron del presupuesto.
En esa cena éramos todos donnadies salvo él. Pero, como los grandes hombres, midió lo mismo que nosotros toda la noche. Un lujo que nos conmovió en la cena y hoy, con su pase a la selección de dibujantes/humoristas del cielo, nos afloja los mocos.
Como no se privaba de nada, esa noche, también midió sus posibilidades con la chica más linda de la cena y la tiroteó.
A la mañana la leyenda (resaquienta) del gigante rosarino, que desde hoy juega en las ligas del paraíso, era aún más grande.
Fontanarrosa: si hoy estás dibujando ahí, el paraíso de los gigantes existe.

Gabriela Borioli y Pancho Marchiaro

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