El dolor que habita en la costa, como una sombra persistente sobre el paisaje entrerriano, son parte de las sensaciones que trae "La entrega" (2024) de Perla Suez editado por Edhasa y presentado en el Museo Evita palacio Ferreyra. Sin spoiler, lo digamos desde ya: este libro no es una lectura fácil para quienes buscan evadir las realidades más crudas de nuestro tiempo. Dicho lo cual, la autora que ya obtuvo el Premio Sor Juana Inés de la Cruz en 2015 y el Rómulo Gallegos en 2020 por "El país del diablo", construye una narración que abraza la brutalidad con una prosa de extraña belleza. Con un relato contundente, de frases cortas y certeras que parecen martillazos, la autora propone un texto firme y atrapante que se lee de un tirón. Esta novela sobre la trata, la vulnerabilidad y la resistencia está a la altura del desafío de continuar la poderosa biblioteca de la autora con un plus significativo: su capacidad para transformar la pérdida en literatura sin edulcorantes.
"Vi una nena que se escapaba de un tipo y pensé que venía de un burdel", confiesa Suez sobre el origen de la obra. A partir de esa imagen fundacional, la escritora deja correr una historia que trasciende el tema específico de la trata para adentrarse en territorios más amplios de la violencia social, la angustia y el desamparo. "A lo largo de mi historia como escritora me ha impulsado la violencia en la que estamos inmersos", explica, y esa urgencia se traduce en una prosa de pasos firmes hacia lo incómodo. Cruda, necesaria, implacable, "La entrega" habla de los cuerpos a la deriva persiguiendo la tierra firme, pero desde la dignidad literaria. La utilización de las personas y la resistencia del lenguaje. O viceversa.-
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