Hay películas para ver en el celular o en la tele. De a pedacitos, de un tirón, o entredormidos. Pero para ir al cine, elegimos grandes obras trascendentales. Bueno, fuimos al re-estreno de Interestelar (2014). La película de Christopher Nolan (director de varios Batmans, el Origen, las recientes Oppenheimer, Tenet y Dunkerque, o la recordada Memento, entre otras) cumple una década pero pareciera recién rodada. El guión, de su hermano Jonathan Nolan -que invirtió diez años en la redacción del libro, y las actuaciones de Matthew McConaughe, Anne Hathaway y Michael Caine, son todos brillantes.
Hay que decirlo sin rodeos: estamos frente a una obra maestra que aspira a clásico, por el guión que juega con el tiempo -un recurso habitual del director-, una fotografía maravillosa y una música poderosa, que en las salas se ocupan de reforzar con volúmenes más intensos de lo habitual, haciendo de la experiencia en butaca un momento de intensidad.
Cada uno de sus 169 minutos vale su peso en ese tiempo esquivo que protagoniza el guión. Su condición de ciencia no tan ficción pre apocalíptica, no le resta épica e inclusive podríamos -con controversias- situarla a la altura de 2001 odisea en el espacio, un film de Stanley Kubirck que Nolan, evidentemente mira con admiración.
Desde la inteligencia artificial, reflejada de forma rigurosa y prematura, hasta el amor de entre padres e hijos, los hilos invisibles de Interestelar -que aparecen en la propia película como una clave a desentrañar- son costuras cinematográficas que nos invitan a volver al cine, una experiencia excitante con inmediatos deseos de reincidencia.-
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