Una travesía por el arte emergente en el 220 a través de la selva

Mañana es el último día de la pequeña gran feria de plásticos: hay fieras sueltas.
Este fin de semana se lleva adelante Selva, una Feria de Artistas que se impulsa en 220, el Centro Cultural de Plaza de la Música. Por un lado hay que destacar la posibilidad de ver y acceder al trabajo de los creadores independientes, más precisamente 44 artistas que trabajan diversos soportes como la pintura, el dibujo, la instalación, o la fotografía. Se destacan nuevas propuestas de cerámica y bordado con obras que van desde formatos pequeños hasta la instalación, como es el caso de Pilar Maharbiz y sus maravillosas flores derramadas (no conozco el nombre del trabajo) o los mágicos bordados de Sabina Zamudio. El planteo lúdico del montaje no le quita rigor ni fortaleza a los seres que habitan la propuesta.
Abrazo especialmente a las amigas del 220CC que defendieron el espacio y protegen a los habitantes y la enorme labor de Nicolás Riofrío, director de Arte Córdoba, que encontró entre más de 100 postulaciones un hilo conductor, un recorrido por la joven producción local.


Me quedé con dos ideas: (1) el acceso a propuestas de arte joven muchas veces está restringido a espacios reducidos y de nicho, por lo que encontrarse con este verdadero festival es para celebrar, con especial atención a un sistema de selección interesante y diverso, además de cuidado en la presentación. (2) El hecho que se haya llevado adelante desde una organización sin fines de lucro hace un señalamiento sobre la potencia de la producción de emergentes, cuya fiereza es propia de una selva.-

Comentarios