Soy una persona afortunada.
Me cabe, pero le cabe más a Tutuca Monteiro, uno de los grandes artistas de Córdoba.
Siempre se auto-percibía un tipo con suerte. Si alguien pudiera pintarle el Mar a Córdoba, justificar dos faros y un puerto, ese ha sido el enorme Tutuca.
Discreto, simpático, con convicciones futbolísticas, artísticas y de las otras, era un verdadero caballero. Nunca por atrás, siempre de frente y con altura. Un guaso con clase.
Portugués y marítimo, el Tutuca daba cátedra de humor, elegancia y amistad desde que te llamaba hasta que terminabas una botella.
Mi fortuna tiene que ver con una metida de pata burocrática cuyo autor es abstracto y pude enmendarla. Entonces me dio su santa bendición pagana de abrazo y genialidades. Tutuca, el mejor de todos, siempre propuso amnistías y amistades. A la altura de los grandes, su hermosa obra en la terminal, nos recibe y releva la Ciudad con optimismo y el suficiente tamaño para incluir a otros. ¡Si de eso se trata la vida! Córdoba es nuestra y cabemos todos.
Una vez, ya en el podio del reconocimiento, le convocaron a una reunión a las 8 am y casualmente nos encontramos. Le pregunté cómo estaba y me respondió “Mal: Con problemas sexuales”. Atónico le pregunté qué le pasaba y me respondió “¡me rompe las bolas levantarme temprano!-
Me cabe, pero le cabe más a Tutuca Monteiro, uno de los grandes artistas de Córdoba.
Siempre se auto-percibía un tipo con suerte. Si alguien pudiera pintarle el Mar a Córdoba, justificar dos faros y un puerto, ese ha sido el enorme Tutuca.
Discreto, simpático, con convicciones futbolísticas, artísticas y de las otras, era un verdadero caballero. Nunca por atrás, siempre de frente y con altura. Un guaso con clase.
Portugués y marítimo, el Tutuca daba cátedra de humor, elegancia y amistad desde que te llamaba hasta que terminabas una botella.
Mi fortuna tiene que ver con una metida de pata burocrática cuyo autor es abstracto y pude enmendarla. Entonces me dio su santa bendición pagana de abrazo y genialidades. Tutuca, el mejor de todos, siempre propuso amnistías y amistades. A la altura de los grandes, su hermosa obra en la terminal, nos recibe y releva la Ciudad con optimismo y el suficiente tamaño para incluir a otros. ¡Si de eso se trata la vida! Córdoba es nuestra y cabemos todos.
Una vez, ya en el podio del reconocimiento, le convocaron a una reunión a las 8 am y casualmente nos encontramos. Le pregunté cómo estaba y me respondió “Mal: Con problemas sexuales”. Atónico le pregunté qué le pasaba y me respondió “¡me rompe las bolas levantarme temprano!-
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