(Para Notify - Gamba)
… y ahora, niños pequeños de la familia, les vamos a contar quién fue Roberto El Negro Fontanarrosa.
Accidentalmente nacido en Rosario -convengamos que debería haber sido cordobés-, Fontanarrosa fue un humorista, dibujante y escritor. Se lo conoce mejor por ser el autor, padre, y creador de tipos como Boogie el Aceitoso o el célebre Inodoro Pereyra.
Nuestro personaje de hoy era una persona muy particular que lejos de las ínfulas de la cultura, sus corbatas y grandilocuencias, se dedicó con entusiasmo y perfil bajo a cultivar los amigos. Lo suyo eran las charlas de café en el Bar El Cairo, catedral máxima de la Ciudad de Rosario. Y el fútbol. Fanático de la redonda, es autor de todo tipo de publicaciones con olor a pasto y vestuario de club de barrio.
Nunca la tuvo fácil, tal vez por eso decía “Dios aprieta pero no ahorca ni cae en el sadismo”.
Distinguido por el Senado de la Nación con el premio Sarmiento por sus aportes a la cultura argentina, por la feria de libro de Guadalajara, y portador de 2 premios konex, fue homenajeado un 20 de Julio (día del amigo) cuando su ciudad bautizó con su nombre a un gran Centro Cultural.
Paradigmáticamente, una de sus más celebradas picardías fue su intervención en el Congreso Internacional de la Lengua Española donde hizo una histórica, mejor dicho emblemática, defensa de las malas palabras.
Él quería saber porqué una palabra es mala “¿le pega a las otras palabras?” , “¿son de mala calidad y se deterioran con el uso?”...
Un 19 de Julio como hoy pasaba a la inmortalidad Roberto Fontanarrosa, el autor que no aspiraba a ganar un nobel sino que decía “Yo me doy por muy bien pagado cuando alguien se me acerca y me dice: me cagué de risa con tu libro”.-
… y ahora, niños pequeños de la familia, les vamos a contar quién fue Roberto El Negro Fontanarrosa.
Accidentalmente nacido en Rosario -convengamos que debería haber sido cordobés-, Fontanarrosa fue un humorista, dibujante y escritor. Se lo conoce mejor por ser el autor, padre, y creador de tipos como Boogie el Aceitoso o el célebre Inodoro Pereyra.
Nuestro personaje de hoy era una persona muy particular que lejos de las ínfulas de la cultura, sus corbatas y grandilocuencias, se dedicó con entusiasmo y perfil bajo a cultivar los amigos. Lo suyo eran las charlas de café en el Bar El Cairo, catedral máxima de la Ciudad de Rosario. Y el fútbol. Fanático de la redonda, es autor de todo tipo de publicaciones con olor a pasto y vestuario de club de barrio.
Nunca la tuvo fácil, tal vez por eso decía “Dios aprieta pero no ahorca ni cae en el sadismo”.
Distinguido por el Senado de la Nación con el premio Sarmiento por sus aportes a la cultura argentina, por la feria de libro de Guadalajara, y portador de 2 premios konex, fue homenajeado un 20 de Julio (día del amigo) cuando su ciudad bautizó con su nombre a un gran Centro Cultural.
Paradigmáticamente, una de sus más celebradas picardías fue su intervención en el Congreso Internacional de la Lengua Española donde hizo una histórica, mejor dicho emblemática, defensa de las malas palabras.
Él quería saber porqué una palabra es mala “¿le pega a las otras palabras?” , “¿son de mala calidad y se deterioran con el uso?”...
Un 19 de Julio como hoy pasaba a la inmortalidad Roberto Fontanarrosa, el autor que no aspiraba a ganar un nobel sino que decía “Yo me doy por muy bien pagado cuando alguien se me acerca y me dice: me cagué de risa con tu libro”.-
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