(Publicado por La Voz Del Interior, el 22 de Enero de 2019)
Explicar el crecimiento exponencial de los participantes en las actividades culturales que tienen lugar en la noche de Córdoba es complejo y obedece a múltiples razones. Por esto mismo resulta imposible simplificar algunos antecedentes académicos de investigadores como el sociólogo Mario Margulis o las investigaciones vía CONICET de Melgar, Chiecher, Elisondo, y Donolo con su estudio sobre consumo cultural y la Noche de los Museos.
Un ejercicio de ensayística breve invita a reflexionar sobre la superación de la nocturnidad bohemia pues las nuevas noches suman valor para una población creciente de ciudadanos que asisten entusiastas a las Noche de los teatros, las librerías, los museos, o las semanas gastronómicas, entre muchas propuestas.
Sin dudas que la ciudad es un organismo vivo y complejo desplegándose hacia sus barrios, arterias y articulaciones al caer el sol. Es entonces cuando las mal llamadas culturas marginales han cobrado luminosidad y, como consecuencia de espacios y tiempos convergentes, las generaciones de profesionales -hasta hace poco jóvenes- le consideran propia y natural.
Es un hecho que la topografía de la agenda urbano ha cambiado y, en familias con nuevas demandas laborales flexiblemente esclavizantes, la colonización de un tiempo libre -antes destinado al imperio catódico- da como resultado un enjambre de cochecitos en la puerta del Museo de la Industria. Son los mismos padres que cargarán, un poco más tarde, a su hijita dormida durante una cena con amigos en la Pizzería Di Solito.
El corrimiento de los límites de la nocturnidad como una zona del día pecaminosa hacia una opción familiar responde a un nuevo marketing de las instituciones culturales para trabajadores con derechos culturales, pero también con una oportunidad innovadora de disfrute del patrimonio, una suerte de miniturismo y, sobre todo, con la construcción de una nueva economía creativa donde muestras, gastronomía y -porqué no música, diseño o las artes escénicas- se dan la mano. Contrariamente a lo que propone Juan Forn ...mientras todo parecía detenerse hasta la reaparición del sol, ocurría lo misterioso, lo inexplicable… Circuito Gastronómico en nuestra ciudad, pero también decenas de ámbitos académicos han podido medir como la ampliación de la oferta cultural a otros usos horarios (la falta de h es deliberada) desarrolla unas oportunidades de trabajo caracterizadas por la dimensión de género -la diversidad es la regla-, la capacitación y la juventud en sus trabajadores.
Por lo antes dicho es evidente la necesidad de apoyo de los gobiernos y entidades públicas -como lo hace la Municipalidad de Córdoba desde los primeros días de la gestión del Ramón Mestre- en tanto la creatividad es la industria que mejor responde a la perspectiva de género, con una virtuosa ecuación en la distribución de los recursos que genera.-
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