Nosotres y la subversión simbólica
Las conquistas del feminismo, los géneros y su representación
(Sobre la Mesa Redonda de 220CC el Martes 31 de Julio)
Las palabras, el lenguaje; La lengua, el idioma; Las ideas, los conceptos; Nosotras, vosotros, elles. El incremento de las profesionales en el campo de la cultura, el arte y la creatividad cambió de manera sustancial por prepotencia de trabajo. Ahora resta que ese cambio se refleje en cómo se representa y qué imagen construye socialmente.
De musas y modelos a directoras de museo, pasando por creadoras que debieron usar la firma de su marido, las mujeres ocupan hoy un espacio histórico en el mundo del arte. El Centro Cultural 220 es prueba de ello con tres directoras consecutivas y un equipo fuertemente femenino, asunto que puede observarse no sólo en la cantidad de gestoras sino especialmente en una nueva forma de mirar las artes, la música, el diseño, la museografía, la producción de espectáculos y todos los campos de la creatividad.
Sin embargo, los sistemas de representación así como los lenguajes y disciplinas parecieran resistirse a este cambio social y, a cada paso, emergen debates: una exposición es sexista porque posee una asimetría alarmante en la ecuación de género. Lo mismo surge de analizar quienes son premiados en determinada academia, salón o festival. Un ciclo de jazz (será que se trata de un sustantivo de connotacion masculina), un festival de animación, o una feria de artesanos nunca consiguen representar de forma justa la composición, la mirada o las temáticas de toda la sociedad (afortunadamente femenina).
En materia de escritura nosotros, nosotras, nosotr@s, nosotrxs o nosotres, plantea un debate que gana actualidad, tanto en espacios académicos o de difusión, como también en grupos de amigas, de amigos, formados por la amistad, o de les chiques.
REGINA JOSÉ GALINDO: TIERRA, 2013 |
Si las batallas discursivas demandan una posterior reestructuración de los lenguajes y la proyección social que emiten, otros ven en las propuestas de lenguaje inclusivo oportunismo e inclusive snobismo. A esta altura del texto (masculino) cualquiera en el lugar del redactor sentiría angustia por los géneros de oportunismo (masculino), oportunidad (femenino) que nos dejan al borde del caos (masculino) previo a la creación (femenino) de un nuevo orden mundial. (Valga el confuso alivio polisémico que ofrece la orden ; el orden).
La música. Los músicos
Sin irnos muy lejos, acá, en los bailes, el mundo del cuarteto tiene un lamentable índice de misoginia (extrañamente una palabra femenina), lo que llama más la atención si se tiene en cuenta que fue inventado por una mujer: Leonor Marzano. Pero el muy escaso espacio que ocupan las mujeres en los escenarios es uno de los problemas, al que deberemos sumarle la objetualización de lo femenino así como el desinterés por su universo (masculino), o el destrato -y circunstancias aun más alarmantes- presentes en muchas noches del circuito bailantero. Pero la cosificación, el sexismo y la violencia atraviesan muchos otros género musicales, como el trap y el reggaeton con una intensidad que nos deja pasmados, especialmente cuando las tararean adolescentes en los recreos de la escuela secundaria, incluyendo amenazas de prácticas sexuales que dejan descolocados a los usuarios más avanzados de tinder.
La cuchilla y el cuchillo
Muy lejos de cortar el debate, la discusión, proponemos un ámbito de reflexión para analizar la connotación de esta transición, como por ejemplo el desnudo (una práctica artística tradicionalmente dedicada a lo femenino) o las desnudas -por ejemplo de Times Square- en tiempos (masculino) con olor a cambio de época (femenino).-
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