La conjura de los densos


Dice John Cheever que no se puede escribir sin un lector “es precisamente como un beso, no puedes hacerlo solo” y es justamente el gran problema de este texto. Creo, sin temor a equivocarme por mucho, que cada vez menos personas -por no decir casi nadie- lee los prólogos o palabras de bienvenida como estas.

A decir verdad, es tragicómico que el espacio destinado a las primeras ideas, las de bienvenida para una actividad tengan cierto parentesco con un requiem. Sin embargo a nadie le es ajeno que la inmediatez, la brevedad, y una cultura del picoteo intelectual han reducido los interesados en prólogos y, de manera menos exagerada, han afectado las reuniones con fines intelectuales en general.

En algún sentido, y detrás de una celebrable intención de innovación permanente, los encuentros de densidad intelectual se devalúan y el mote de "denso" hoy es un latiguillo frecuente y una acusación terrible.

Tal vez por rebeldía, por anticuados, o sencillamente por amor a las causas perdidas, desde la asunción del Intendente Ramón Mestre en 2011, la Municipalidad de Córdoba ha ampliado la profundidad de los debates en torno a lo cultural, su teoría y ese mundo llamado gestión cultural con sus satélites denominados política y administración de la cultura, impulsando hace tres ediciones los encuentros de gestión cultural.

Esta nueva edición, nos encuentra con una talla mayor, más actores involucrados, más referentes del sector público, más militantes de lo creativo de más sitios del interior, un fuerte compromiso de la Universidad Nacional de Córdoba, y sí: asumámoslo, el deseo de ponernos densos.

Vaya, además de estas palabras posiblemente preocupantes, la gratitud de quien suscribe a los primeros impulsores de los encuentros, Claudio Massetti, y Nino Ramella, la monumentalmente insistente y militante actitud de una figura clave en estos espacios: Mgt. Karina Frías, así como el mérito de las siempre dispuestas a esmerarse Vivian, Lili y Patricia.

Por último, también gracias a nuestro conductor designado, Adolfo Sequeira cuyas maniobras nos han traído hasta este ámbito de reflexión sanos y salvos.

Comentarios