(Viene de El reproductor de Literatura)
Actualmente, quienes se encuentran en condiciones de hacerle frente a la furia digital de e-libro son las editoriales que han transformado en objetos a sus productos. Estas piezas, con valor más allá de las palabras contenidas, son exquisiteces que nacieron de emprendimientos nacionales poco comerciales como Vox, Siesta,
En el otro extremo, y a nivel mundial, los libros visualmente potentes y razonablemente económicos como los que editan Taschen, están menos comprometidos. Esta editorial goza de muy buena salud, a sus 25 años de edad. Su motor es la actitud libertaria, excéntrica y desenfrenada de su dueño, Benedikt Taschen, un alemán de 47 años de edad. Taschen, un millonario que también colecciona arte, comenzó su actividad a los 12 años, coleccionando cómics. Luego fundó una pequeña pero prometedora tienda. Sus ediciones llegaron después, e incluyen obras delirantemente disímiles entre sí: arte clásico, pornografía, cine de los setenta, robots de juguete, o diseño de mobiliario, con tiradas que llegan a los cuatro ceros. Muchas opciones idiomáticas, y precios que van desde pocos dólares, hasta uno de los libros más costosos de la historia: un recopilatorio de la obra del fotógrafo Helmut Newton, de 30 kilos, que incluye una base diseñada por Philippe Starck y cuyo primer ejemplar, firmado por varios participantes, se vendió a más de 300.000 dólares. La editorial Taschen, como su nombre lo indica (bolsillo en alemán), es una pionera incansable a la hora de otorgar a los compradores de libros visuales una alegría a la altura de sus billeteras. Tal vez una esperanza para la materialidad literaria.-
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