Desafíos contemporáneos para la formación en gestión cultural, y sus particularidades en la periferia
Introducción y presentación
Soy el director de
Puedo completar mi presentación señalando que tengo 31 años, y que mi formación guarda una fuerte relación con la práctica, con el ejercicio de la actividad: me he desempeñado en varias instituciones culturales, y actualmente soy Subdirector del Centro Cultural España. Córdoba. Este “saber y saber hacer” que, dicho sea de paso, es el lema de
Fruto de la generación de este espacio hemos podido, desarrollar un área de investigación, con varios trabajos en nuestro haber. Cabe destacar la investigación llevada a cabo por Lic. Paula Beaulieu, quien ha publicado su estudio sobre Consumo de Arte Teatral Independiente en al Ciudad; y la investigación Impacto de
En otro orden de cosas montamos actividades de extensión, como foros sobre derechos de autor, o curaduría. Más recientemente analizamos la legislación vinculada con la ley de mecenazgo aprobada en CA de Buenos Aires, intentando evaluar sus posibilidades de contextualización en Córdoba.
Por último, y referido al apartado divulgación, publicamos textos en diversos medios, masivos y especializados y, más recientemente hemos editado libros que contienen las investigaciones antes mencionadas, además de uno de mi autoría, llamado Cultura de
1.1 Un privilegiado
Vale completar mi presentación, agregando que por mi edad me considero un privilegio. Por dos motivos.
Por un lado, así como se considera nativos digitales, según Marc Prensky, a que quienes hoy están en edad escolar, yo he sido, y soy un nativo en la era de profesionalización de la gestión cultural. Para quienes debutamos en la "treintiañez", las organizaciones culturales siempre han tenido un grado aceptable de profesionalización. Por ejemplo, García Canclini publicaba su primer libro cuando tenía un año. Publicaba ¿De qué estamos hablando cuando hablamos de lo popular? cuando recién estábamos en el colegio primario, y su célebre culturas híbridas estaba en la calle tres años antes de que yo alcanzara a completar mis estudios secundario, cuando mi única preocupación era conseguir novia.
Jack Lang, para redondear el ejemplo, era nombrado ministro de Cultura de Francia antes de que yo ingresara a la escuela primaria.
Desde la perspectiva de esta generación, siempre existieron referentes en el tema, así como bibliografía. Y, aunque provenía de autores –fundamentalmente- franceses y, luego, catalanes, cuando tuve oportunidad de ser becario de gestión cultural en España, el entramado conceptual y profesional se veía como una posibilidad que crecía, pero que claramente me antecedía.
Por otro lado, hay un segundo rasgo identitario que nos vincula con la era de la postproducción, ya definida por Nicolás Bourriaud, en su libro homónimo. Las nuevas reflexiones, los nuevos procesos artísticos están más cerca de la práctica de un DJ, que de actividad del pintor (hoy cabe la aclaración) de pincel y óleo. A mi generación nos toca y tocará un modelo de docencia que tiene algo de djay. Combinamos, proponemos, ponemos en tensión e intervenimos pensamientos, ideas y propuestas preexistentes. De otros autores.
De hecho, uno de los grandes retos es propiciar una “re-versión” contextualizada a la realidad particular de Córdoba, de estas ideas.
2 Los problemas y el contexto de la formación en gestión cultural.
Hace unos días leía la ponencia de Dr. Rubens Bayardo para el seminario regional que se hiciera aquí mismo, en Abril. En este texto, Bayardo destacaba, “unas expectativas salvíferas y utópicas de las industrias Culturales y creativas que deben mesurarse”, así como proponía “detener su pretensión generalizadora”. En el mismo texto, Bayardo señalaba que Latinoamérica esta mal ubicada a la hora de comercializar, y sobre todo, de capitalizar alguna suerte de beneficios en el concierto de naciones que intercambian e interactúan con bienes culturales. Alfons Martinell en su -ya casi célebre- texto “Nuevas competencias en la formación de gestores culturales ante el reto de la profesionalización” describe un escenario de planteamientos comunitarios cercanos al filantropismo acompañado de dinámicas de mercado y producción industrial, muy agresivas y contundentes.
Propongo reflexionar sobre la tarea de formar gestores, en un juego de dialogo, interactuación y confrontación con las imposiciones de un mercado, cada vez más apoltronado en hábitos de consumo reflejos (y condicionados), y en una progresión de irrefrenable internacionalización. Vale decir que además de amenaza, presenta numerosas oportunidades. Lucina Jiménez, aporta, en “Perfiles profesionales, gestión cultural y formación virtual…” que estas tensiones se establecen entre estado y mercado, entre local y global, entre creativos artesanales y nuevas condiciones de reproducción, entre una oferta cultural que parece responder a una “fiesta” del consumo cultural, públicos “golondrinas”, y creadores y gestores que no sabemos si en esa fiesta somos invitados, mozos, o protagonistas.
2.1 Tanto la gestión cultural en general, como, sus propuestas de formación, actualmente se encuentran cruzadas por vectores que surgen de la vida cultural y la creación artística, y tambien deben ser perspectivados desde los ámbitos formativos.
Algunos de ellos podrían ser,
2.1.1 Una sensación de apropiación, o adueñamiento, por parte de los destinatarios que viene de la mano de una percepción capitalista patente en otros ámbitos del saber: A manera de ejemplo, podemos comprar salud, y de enfermos pasamos a consumidores empoderados gracias a la billetera. El médico, muta a una empresa de servicios, y nuestras expectativas y capacidad de adquisición nos permite elegir cómo ser sanos. La formación de profesionales de la salud aun no puede adecuarse a esta realidad. Los hábitos culturales describen, gracias a un abaratamiento de las tecnologías de registro y captura o, como contracara del pago de entradas y aportes de espónsores, tambien, una sensación de control por parte de los usuarios.
Toni Puig, en los noventa, proponía que el público se adueñe de los espacios culturales. Ahora que se está haciendo, habrá que ver como funciona esa copropiedad entre particulares y colectivos, y que tenemos para decir desde los ámbitos académicos.
2.1.2 La demanda de una creciente especialización por parte de quienes egresarán de nuestros programas. Hasta hace poco, había que tener cuidado antes de poner el rótulo de gestor cultural sobre alguien. Como el de curador, ser gestor pesa(ba). Mientras Arturo Navarro Ceardi se preguntaba si ¿es la gestión cultural una profesión? en un texto publicado por el boletín www.gestióncultural.org , grupos de creadores y obras demandan cada vez de competencias más específicas. El arte digital requiere de nuestros egresados un diseño de estrategias particulares y diferentes a las necesidades de salvaguarda del patrimonio tangible. El tango buscará de gestores que hayan aprendido a cuidar las torciones y presiones de un mercado turístico predador y con tendencia a edulcorarlo todo. Por otro lado intervenciones como las que planteara este año Antoní Muntadas, o anteriormente Spencer Tunick, demandan de equipos con componentes cada vez más especializados.
2.1.3 Otro factor que debemos aprender a enseñar está marcado por una creciente interdisciplinariedad, y en algunos casos, un carácter extremo del arte y la cultura. Aquel gestor que analiza los premios Arte y Vida artificial, de Telefónica, automáticamente cae en la tentación de conjeturar consecuencias que no imaginamos. Museos de arte y tecnología enfrentan –por ejemplo- grandes dificultades debido al mantenimiento de obras de arte digital pensadas para computadoras 286, o para videos VHS. Pensando en enseñar a diseñar una convocatoria, habrá que ver como se delinean políticas para disciplinas artísticas, que desde lo denominativo, ya aspectan caducas. ¿Es escultura, o net art? ¿O audiovisual? ¿Pérfomance, artes visuales o artes escénicas?
Así como la música perdió su relación con los soportes, nuestros alumnos, dentro de pocos años, se enfrentarán a una vida profesional que no esté tabulada en dispositivos, leguajes, o disciplinas.
2.1.4 En esa misma línea de pensamiento, se podría concluir que en pocas áreas del saber la tecnología ha impactado tanto como en la cultural. La costumbre del cine, saltó de la pantalla grande a la chica de TV, de allí al video, del video al cable, al DVD y de allí a los programas de intercambio de archivos para PC. Hoy el cine se ofrece para celulares, y esta oferta aun convive con la vieja forma de ver cine. Una película se puede comprar por poco dinero, junto al diario del domingo, o directamente “bajar”, ver y borrar. Inclusive, se filman con celulares. A la vez se reclama cada vez más espectacularidad en lo que sea que se emprenda. Una muestra de artesanías en las Sierras de Córdoba, necesita que toquen Las Pelotas e su inauguración. Nuestros alumnos analizan ¿Cuántos mates habrá que vender para pagar el cachet? O ¿Porqué hay interés desde la comuna en financiar ese show y no stand más dignos o una política para con las artesanías?
2.2 Efectos del comercio cultural en lo periférico
Córdoba, y en mayor media, otros pequeños poblados están preocupados por su posición frente a la nueva envergadura que adquiere el fenómeno cultural, y sus satélites. La ausencia de un mercado cultural propio condena regiones enteras a la dependencia estatal, con una consecuente desaparición de la libertad, y en términos globales a posicionarse exclusivamente como consumidores. Esta condición transforma, por ejemplo, los recursos teóricos de gestión de proyectos en herramientas que deberán permitir intervenir sobre realidades desfavorables.
Formar participantes en redes, capaces de leer, “los procesos culturales y tendencias que se desarrollen en el mundo de la cultura” (Martinell), y sumergirse en mallas relacionales donde confluyan turismo, medioambiente y educación debe conducir a la construcción políticas locales, estructuras reticulares y la apropiación de nuevos medios de comunicación como herramientas fundantes de otros modelos para proyectos culturales.
2.3 La desigualdad de los aportes públicos regionales, nacionales, y provinciales
Se trata de responsabilidades en la formación de gestores culturales del interior vinculadas con, (a) una democratización de la información, y de las posibilidades, atomizadas en los grandes centros urbanos, (b) una invitación a la indagación sobre otras condiciones de apoyo, o presencia, estatal. Y (c) una mirada crítica de un centralismo cultural, que con frecuencia se potencia de la mano de una necesidad de presencia de la comunidad internacional en estas grandes ciudades, a la vista de los embajadores y medios internacionales de comunicación, en materia de cooperación internacional. Las zonas, casualmente, débiles o las menos pobladas o con recursos culturales valiosos, pero menos estridentes. Es un hecho que determinadas filmografías (sin ir más lejos la francesa) han perdido todo el espacio en el interior del país. Como resultado, toda película que no cuente con Jim Carrey en el elenco está destinada al fracaso.
Tal vez ocasionado por falta de herramientas teóricas en la formación de los solicitantes del resto del país, debemos lamentarnos no poder insertar en el mercado suficientes actores para dialogar con gigantes como ARTEBA, el BAFICI, y otros.
2.4 Los mecanismos de consagración centralistas
Otro factor que exacerba estas líneas que hacen a la formación en gestión cultural es la trabada combinación de los aparatos de consagración tradicionales. La prensa que legitima, o la especializada, los premios, las ferias, los museos y las galerías tienen una mirada centrípeta con escaso poder centrífugo. Algo que no se repite en medios e instituciones del interior, debido a una tendencia que acompaña los pedidos de “público de pantalla”(Jiménez) descuidando a los creadores locales y desarticulando los hábitos de consumo residentes que hubiera. Desde los espacios de enseñanza habría que analizar y poder conceptualizar estas dinámicas para poder interactuar y confrontar con ellas.
2.5 La conformación de propuestas académicas con módulos pedagógicos como MKT, economía de la cultura, trabajo en red o legislación va más allá de cubrir una currícula óptima. Su implicancia e importancia en sitios periféricos hacen a la complementariedad y viabilidad económica misma del trabajo en el campo cultural, y en no menor medida, artístico.
3 Su traducción a la propuesta de Córdoba
La propuesta de Córdoba, en conclusión, es generalista y aspira a abrir una serie de puertas para que los participantes se lancen a una investigación bibliográfica posterior en cada tema. Así las cosas, el curso cuenta con 6 módulos que plantean:
1- Una instancia de introducción y conceptos iniciales, marcando el contexto latinoamericano y argentino;
2- Un espacio herramental destinado a la comunicación e imagen de las artes y la cultura, con información para la confección de estudios de público, posicionamiento, gestión de medios, publicidad, o la problemática del registro, documentación y evaluación;
3 - Un tercer Módulo se centra en economía, industrias, mercado y consumos culturales;
4 - Entre tanta información dura, se ha planteado un módulo destinado a la difusión de las estéticas contemporáneas, desde comienzos del siglo pasado intentando bajar una suerte de historia de la gestión cultural, y del arte en paralelo;
5 - Un quinto módulo, de carácter nuevamente técnico es el destinado a la caja de Pandora donde convive administración de la cultura, política, legislación y organismos. Incluye una primera lectura de la problemática de los derechos de autor. En este punto se hace foco en temas como los de las organización supranacionales y, por ejemplo, la importancia de las recomendaciones de UNESCO.
6 - El curso se completa con el dictado del módulo Gestión de actividades artístico culturales, cuando se repasan los modelos de diseño, producción, distribución y comercialización, consumo, o estado público de proyectos para las diversas, y cada vez más interconectadas disciplinas del arte.
3.1 La modalidad a distancia, que surgió después de innumerables clases, conferencias actividades de extensión y cientos de horas de desgravado y literalización, ha generado una serie aportes para textos que, hoy por hoy, son realmente interactivos.
Actualmente un 20 % del material que se incorpora de año a año proviene de tesinas y trabajos prácticos de los alumnos y allegados de años anteriores.
Así como mi hermano me dice que es más fácil ser desinhibido por chat, creo que alumnos, tutores y docentes, se sienten parte de una red y de una comunidad de intercambio de información, desde el primer día de clase, si es que este concepto tan anticuado es aplicable a esta modalidad.
Como los bancos de buenas prácticas, y los programas de software libre que se van mejorando con los aportes de los usuarios, la plataforma de educación a distancia de nuestra Diplomatura, crece mientras más alumnos la utilizan y ponen a prueba.
Por último estos textos en crecimiento permanente vuelve a sus orígenes, esto es la modalidad presencial transformándose en nuevos programas de los módulos, y por sobre todas las cosas, publicaciones y materiales de estudio.-
Córdoba, Octubre de 2007.
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